Gerrard evita el descalabro red ante el Hull (2-2)
Los Tigers toreaban al Liverpool y ganaban por 0-2, pero un 'doblete' de Gerrard metió en el partido a los de Rafa Benítez y cortó el subidón de su rival. El segundo tiempo fue íntegramente red pero sin acierto de cara a puerta. Si gana el domingo, el Chelsea será nuevo líder de la Premier.
Por Juan Lirman.-
Liverpool-Hull (2-2):
El Liverpool se estaba acostumbrado a dar muestras de madurez en esta Premier, pero este sábado han regresado los viejos fantasmas a Anfield. El equipo red se ha atorado ante el Hull City y de no haber sido por Steven Gerrard -y por algunos errores arbitrales que le favorecieron de cabo a rabo-, los de Rafa Benítez se habrían quedado con las manos vacías. Rascaron un empate, lo cual no está nada mal si analizamos lo que pasó en el primer tiempo.
Porque los primeros compases del partido fueron un baño del Hull. Jugando a la contra, sí, pero haciendo todo mucho mejor y con más sentido que los vestidos de rojo.
Marlon King y Nicky Barnby fijaron las marcas de Hyypia y Carragher, que sufren saliendo hacia los costados, y los Tigers podrían haberse adelantado a los cinco minutos. Lo evitó el árbitro Wiley, tragándose un clamoroso penalti por manos de Mascherano.
No aprendió la lección el Liverpool y a los 12 ya estaba encajando al fin el 0-1. Cayó en una jugada de estrategia, para variar en el Hull -son los amos en este aspecto en la Premier-, cuando Paul McShane metió un cabezazo imposible, de espaldas a la meta de Pepe Reina, poniendo el balón por toda la escuadra.
¿Casualidad? Nada de eso. A la contra, el Hull seguía haciendo mucho daño al Liverpool y los Tigers volvieron a dejar en silencio a los 'ruidosos de Anfield' a los 22 minutos. Apertura de Marlon King, desborde y centro del galo Mendy y clamoroso gol en propia puerta de Jamie Carragher para poner el 0-2. Algún 'Súper-Héroe' tenía que salvar la Patria Red.
Y para ello, ya lo sabemos de largo, siempre está Gerrard. En Champions o en la Premier, lo mismo da. El 'capi', que jugaba ya 'tocado' por un golpe en el tobillo a comienzos de partido, comandó el arreón red y anotó el 2-1 a los 24 minutos tocando a puerta vacía tras un centro de Kuyt. Hubo falta previa -clarísima- del español Riera en la acción, pero el árbitro se tragó otra vez el silbato. El jugador número 12 parecía el trencillas, no la afición del 'You'll never walk alone'.
A los 31 llegó el 2-2, otra vez en los pies de Gerrard y con una dudosa acción previa de Kuyt, que pudo haber hecho falta. No fue tan clara como la anterior pero el resultado fue el mismo: "siga, siga", dijo el árbitro, y tras el pase del holandés, Benayoun prolongó para que Gerrard remachara el empate.
Tras el descanso, el Hull se olvidó de la meta contraria y pudo haberlo pagado muy caro. Rafa Benítez tardó demasiado en buscar respuestas en la banca y su primer revulsivo fue El Zahr, pero cuando al partido le quedaba poco más de un cuarto de hora. Luego lo intentaría con Babel y Leiva, pero ya era demasiado tarde.
El finlandés Hyypia tuvo en su cabeza el 3-2, pero el palo le dijo que no, y a los 70 el Hull lanzó su último 'zarpazo' en las garras de Giovani, sin fortuna. El empate es justo, principalmente porque el Liverpool no ha hecho gran cosa como para ganar. Y el Hull no ha sabido cómo resistir cuando lo tuvo todo a favor.
Hay un ganador, en realidad, y es el Chelsea. Si el domingo los Blues ganan su partido en casa se acostarán como líderes tras la 17ª jornada. Dependerá de ellos y de la resistencia del West Ham, su rival.
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