domingo, 1 de marzo de 2009

Peligroso patinazo

Muchas cosas que mejorar












JUAN QUIJANO > FERROL

El equipo ferrolano se mostró nervioso y atenazado a lo largo de todo el encuentro El Racing perdió ante el Ciudad de Santiago en el debut de Míchel Alonso en el banquillo

Racing Club Ferrol: 1 Reguero; Llamas, Jonathan, San Julián, Adjamossi; Cami (Manolo Pérez, min. 51), Jorge Zafra (David Franch, min. 64); Carlos (Mathlouthi, min. 51), Corredoira, Lamatina; y Ouejdide.

Banquillo: Óliver, David Franch, Paco Fernández (portero suplente), Mathlouthi y Manolo Pérez.

Sociedad Deportiva Ciudad de Santiago: 2 Mackay; Iosu Rivas, Raúl García, Capi, Dopico; Jesús Sánchez (David Pérez, min. 90), Jesús Torres, Rico, Rafa (Franqueira, min. 46); Marcos Suárez y Changui (Pablo López, min. 66).

Banquillo: Pablo López, Dani Castro (portero suplente), Franqueira, David Pérez y Zabala.

Árbitro: Jaime Ruiz Álvarez (comité asturiano).

Asistentes: Víctor Pardo Mesa y Pedro Cabello Rodríguez (comité asturiano).

Tarjetas amarillas: Racing Club Ferrol: Jorge Zafra (min. 1), Corredoira (min. 17), Cami (min. 47), Llamas (min. 68), San Julián (min. 82) y Jonathan (min. 85). Sociedad Deportiva Ciudad de Santiago: Dopico (min. 43), Iosu Rivas (min. 77) y Franqueira (min. 79).

Goles:

0-1 min. 48: Marcos Suárez.

0-2 min. 63: Changui.

1-2 min. 71: Ouejdide.

Campo: A Malata.

Entrada: 2.000 espectadores. Más allá del banquillo, este Racing necesita cambiar unas cuantas cosas más para ser un equipo competitivo. Al menos, es lo que ayer demostró frente al Ciudad de Santiago, en el estreno de Míchel Alonso como sustituto de Manolo Sánchez. En esta oportunidad, al cuadro verde no sólo le faltó fútbol -que, casi siempre, también-, sino mentalidad, atrevimiento para hacer cosas, competitividad... Fue una demostración de que, en la actualidad, está atenazado por los nervios, una versión cohibida de lo que podía ser, algo que aprovechó su rival para conseguir los tres puntos de su visita al estadio de A Malata y confirmarse como una de los revelaciones del grupo.

En realidad, el aspecto del Racing de Míchel Alonso no fue muy diferente al que entrenaba Manolo Sánchez, al menos en cuanto a futbolistas. Sólo la entrada de Adjamossi en el puesto de lateral izquierdo y la apuesta en el centro del campo por Cami y Jorge Zafra pudo suponer cierto cambio con respecto a la etapa anterior. Sin embargo, en lo que no varió nada el cuadro verde fue en sus imprecisiones, en sus despistes, lo que propició que el Ciudad de Santiago protagonizase algunos acercamientos con peligro, los primeros, sobre cualquiera de las dos porterías. Además, el juego directo por el que apostaba mayoritariamente el conjunto local, acompañado de un escaso aprovechamiento de rechaces y segundas jugadas, hizo que el partido diese la sensación de tener un claro control visitante.

Con el paso de los minutos, y a medida que Lamatina iba apareciendo, el Racing fue cogiendo el tono que necesitaba. Así, las intervenciones del futbolista francés, ya fuese por las bandas o por el centro, llevaron casi siempre peligro y, sobre todo, le dieron al partido la velocidad que necesitaba el equipo ferrolano y que no le convenía nada a su rival. Fue en esta segunda parte del período inicial cuando el Racing se encontró más a gusto sobre el terreno de juego, encontró espacios y generó opciones relativamente claras pero... no tuvo el acierto que le era necesario para marcar y adelantarse.


Crisis > Pasado este oasis de claridad futbolística, el Racing se topó tras el descanso con la cruda realidad. Y es que, si el arranque de partido había sido dubitativo, el de la segunda parte fue todavía peor, porque, además de la incertidumbre que seguía desprendiendo su juego, el Ciudad de Santiago aprovechó su segunda aproximación sobre la meta rival en menos de cinco minutos para adelantarse en el marcador. Este gol obligó al equipo ferrolano a cambiar su apuesta de manera radical y, con la entrada de Manolo Pérez y Mathlouthi en vez de Cami y Carlos, buscó decidamente el ataque.

Al principio, la apuesta prometía buenas cosas, sobre todo gracias a la velocidad y verticalidad del atacante franco-tunecino y a la mejora que eso permitió experimentar a Ouejdide, pero la fragilidad defensiva racinguista era más fuerte. Por eso, cuando el empate parecía estar más o menos cercano, un nuevo despiste en la zona de retaguardia hizo que el Ciudad de Santiago consiguiese su segundo gol y dejase el encuentro prácticamente visto para sentencia.

El choque, aun así, tuvo incertidumbre hasta el final del encuentro, porque el tanto posterior de Ouejdide “metió” al Racing en el partido, aunque fuese de manera ficticia. Más con el corazón que con la cabeza, el equipo ferrolano porfió en busca del segundo tanto que le diese, al menos, un punto, pero lo hizo sin claridad y de manera demasiado atropellada. Por eso, los minutos fueron pasando y el cuadro verde no pudo rescatar nada bueno. Sólo saber que va a tener que mejorar muchas cosas.

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