El Racing se atasca en un bucle negativo
Deus fue el gran catalizador del juego directo del Racing, sobre todo durante la segunda parte
JUAN QUIJANO > LEMONA
LEMONA-1 RACING-0
Sociedad Deportiva Lemona: Etxebarrieta; San Pedro, Fran, Pereda, David López; Scifo (Guereñu, min. 43); Amezaga, Alain Aroyo, Gusi, Borja del Rosario (Alain González, min. 80); y Huegun (Uranga, min. 65).
Banquillo: Alain González, Alkalde (portero suplente), Guereñu, Uranga y Asier Butrón.
Racing Club Ferrol: Sergio Álvarez; Pedro Correia, Óliver, San Julián, Llamas (Juan Martínez, min. 88); Manolo Pérez, Jorge Zafra (Gustavo Souto, min. 82); Lamatina, Bochu (Carlos, min. 63), Nano; y Deus.
Banquillo: Jonathan, Paco Fernández (portero suplente), Carlos, Gustavo Souto y Juan Martínez.
Árbitro: Eduardo García Ballesteros (comité riojano).
Asistentes: Óscar Domingo Martínez Tomillo y Juan Borja Guillén San Francisco (comité riojano).
Tarjetas amarillas: Sociedad Deportiva Lemona: Scifo (min. 13), Javier González -entrenador-- (min. 14) y Alain Arroyo (min. 34). Racing Club Ferrol: Bochu (min. 29), Nano (min. 32), San Julián (min. 39) y Lamatina (min. 58).
Gol:
1-0 min. 30: Fran.
Campo: Arlonagusia.
Entrada: 300 espectadores. El Racing vive en un bucle. Un bucle negativo que lo lleva a perder y a no marcar cada vez que juega como visitante. Haga lo que haga, como le pasó ayer contra el Lemona. El equipo ferrolano cosechó esta vez una derrota a domicilio -otra más- por un resultado de 1-0 -otra vez- que repite de una manera parecida la historia vivida contra Barakaldo, Ciudad de Santiago o Real Unión, pero con una pequeña gran diferencia. Si en esos encuentros el cuadro verde apenas generó opciones como para marcar, en esta ocasión dispuso de tantas -dos tiros a los palos incluidos- que no sólo estuvo a punto de empatar, sino que incluso pudo anotarse la victoria. Lo que pasa es que el cuadro verde no acertó a convertir ninguna de ellas, mientras que la otra parte del bucle negativo hizo que encajase, de nuevo, en una acción a balón parado, lo que lo dejó con una derrota que complica aún más su situación en la tabla clasificatoria del grupo I de la Segunda B.
El guión del partido de ayer ya estaba escrito de antemano, porque el estilo de juego del Lemona y las reducidas dimensiones del terreno de juego -sobre todo en lo relativo al ancho- “obligaban” a jugar de manera directa. Por eso, el técnico racinguista, Manolo Sánchez, optó por los actores que mejor se adaptaban a este escenario y apostó por situar a Deus como jugador más adelantado, con la idea de aprovechar su potencial en el juego de espaldas y, así, intentar que alguna de las apariciones de la segunda línea se convertirse en alguna opción de gol. Mientras, en defensa, el equipo ferrolano trató de ser lo más eficaz posible -sobre todo en las acciones a balón parado- y, aunque se llevó un buen susto nada más comenzar el choque en una ocasión que Sergio Álvarez salvó “in extremis”, fue capeando la situación con relativa solvencia.
Con este (esperado) decorado, la acción discurrió de una a otra portería con tanta rapidez como descontrol, con el Racing teniendo algo más de posesión, aunque sin ser capaz de crear peligro ni de tirar ni una sola vez sobre la meta contraria y un Lemona a la espera de que su oportunidad llegase, sobre todo en una acción a balón parado. Y, aunque el equipo ferrolano parecía haberse aplicado en esta faceta, el cuadro vizcaíno encontró a la media hora de juego lo que buscaba en un golpe franco lateral cabeceado a la red por el central Fran. Así, el Lemona se puso en ventaja antes del descanso y pudo dedicarse a ver y a esperar al rival, que era lo que realmente pretendía.
Puede que el recuerdo de las anteriores ocasiones en las que estuvo en desventaja en el marcador llevasen a que el Racing se comportase de manera diferente en la segunda parte. Así, el equipo ferrolano sí tuvo esta vez la presencia cerca de la portería rival de la que había carecido hasta entonces. De hecho, poco a poco fue sitiando a un rival que, mientras que durante la primera parte se defendió con relativa comodidad ante la escasa mordiente del rival, en esta segunda empezó a pasar bastantes apuros para mantener la portería a cero.El cuadro verde comenzó a coleccionar lanzamientos sobre la portería rival -uno de Deus, otro de San Julián y un cabezazo al larguero de Lamatina, entre otros-, pero el balón no quería entrar y la escuadra departamental no pudo alcanzar el empate en el marcador.
Parecía que, después de esta fase de empuje, los mejores momentos racinguistas -o, al menos, los de más presencia cerca de la portería rival- se iban diluyendo poco a poco a medida que se acercaba el final del encuentro. Y es que daba la sensación de que el choque se dirigía al mismo final que en anteriores compromisos a domicilio, pero un último arreón racinguista le hizo estar a un paso de conseguir, al menos, el empate. Así, sus últimos intentos acabaron de embotellar en su área a un rival ya sin capacidad para hacer nada que no fuese defenderse y achicar balones. Por su parte, el Racing incluso disparó otra vez a un palo, pero ayer tampoco era el día para que marcarse y su falta de efectividad supuso otra derrota a domicilio, una más, otro partido como visitante sin marcar, otro más, y una nueva decepción para una escuadra que ve cómo las posiciones a las que quería llegar se van escapando cada vez más.
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