El Racing sumó ayer su décima jornada sin conocer la victoria al perder ante el Granada 74 por un resultado de 1-3. El equipo ferrolano cuajó una gran primera mitad y se adelantó en el marcador gracias a un gol de Medina. Sin embargo, su imagen cambió radicalmente en la segunda parte para acabar recibiendo tres goles –dos de Luque y uno de Aranda, de penalti– que podrían situarlo esta tarde en los puestos de descenso a la Segunda B.
La unánimemente reconocida importancia del partido -más que por los tres puntos en juego, por el significado psicológico que podía tener- llevó al Racing a entrar al campo más "enchufado" que otras veces. De hecho, durante los primeros compases del encuentro, el equipo ferrolano le aplicó a la acción la velocidad (con control) de la que había adolocido otras veces y, a través de continuas apariciones por las bandas -sobre todo de Lamatina por la derecha-, mostró bastante más intención que su rival. Y así discurrió el choque hasta que una jugada individual de Jonathan Pereira por la banda izquierda fue culminada finalmente por el "Cacique" Medina para, con el primer gol del delantero italo-uruguayo como racinguista, situar por ventaja en el marcador el cuadro verde en el choque.
Este gol no hizo más que refrendar la mejor disposición con la que el equipo ferrolano entró al terreno de juego, y que hasta estuvo a punto de hacerle aumentar su renta en el marcador hasta que, una vez completados los veinte primeros minutos, el partido se adentró en una fase de mayor igualdad. En ella, el Granada 74 se encontró algo más cómodo sobre el terreno de juego, aunque recurriendo siempre al envío en largo sobre Aranda y sin ser capaz de fabricar ocasiones más o menos claras. De hecho, aunque con menor intensidad que anteriormente, fue el Racing quien dispuso de las mejores opciones para marcar alguna otra vez, aunque sin poder dejar la situación más o menos sentenciada antes del descanso.
Cambio > Empezó entonces la segunda parte y todo lo bueno que hubo durante la primera parte se convirtió en malo. Porque el Granada 74, con la entrada de un futbolista de corte ofensivo como Juanlu en sustitución del central Fagoaga, demostró su intención de olvidar el mal aspecto que había exhibido en la primera parte como manera de opositar a la victoria. Y en poco más de tres minutos, un despiste del cuadro verde fue aprovechado por Luque para, en el primer disparo del Granada 74 sobre los tres palos de la meta visitante, establecer el empate en el marcador, todo un mazazo para lo que había exhibido hasta entonces el grupo ferrolano.
Y es que este gol, además de dejar momentáneamente al Racing sin dos puntos, significó un golpe durísimo para el equipo ferrolano que, desde entonces, entró en una cuesta abajo sin fin. Por eso, en vista de esta nueva situación -con un rival delante que empezó a deambular sobre el terreno de juego- al Granada 74 le bastó con dejar correr el tiempo en busca de su opción. Y esta se concentró en dos minutos, cuando una entrada de Chema Mato en el centro del campo supuso su expulsión al ver la segunda tarjeta amarilla e, inmediatamente después, un penalti de Queco Piña sobre Aranda permitió al equipo andaluz ponerse por delante en el marcador.
Fue a partir de entonces cuando la versión del Racing, si ya estaba siendo mala, comenzó a ser peor. Mucho peor. El Granada 74, aprovechando ahí su superioridad numérica, controló la situación sin demasiados agobios antes un rival que, víctima de la precipitación, no era capaz de hacer nada -ni siquiera enlazar tres pases seguidos- cada vez que tenía la pelota en su poder. Así, sólo una acción a balón parado podría devolver al cuadro verde, al menos, un punto en el partido pero, al contrario, lo que pasó es que el conjunto visitante aprovechó una contra para sentenciar el choque y agudizar aún más la situación de un conjunto departamental que esta semana puede caer a las posiciones de descenso a Segunda B.
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