Kuyt vuelve a salvar al Liverpool de un nuevo descalabro (1-1)
Con un furioso último cuarto de hora, el punta holandés rescató a los Reds de una derrota que parecía segura ante el Manchester City. Los Citizens perdonaron en varias contras y Kuyt les castigó con un empate que igualmente deja a los de Rafa Benítez a siete puntos del liderato.
Por Juan Lirman.-
Liverpool-Manchester City (1-1):
No le ha salido bien esta vez la apuesta a Rafa Benítez. Pero tampoco se le puede achacar demasiado al entrenador, que ha hecho lo que debía: meter un equipo pensado para ganar, después del 'milagro' que había maquillado su error táctico en Portsmouth.
Esta vez metió de entrada a Fernando Torres y a Dirk Kuyt, dejó a Mascherano y a Lucas Leiva solos en la contención y rodeó a la pareja de ataque con Riera y Benayoun. Estaba claro que el Liverpool le saltaría al cuello al Manchester City desde el minuto uno.
Pero el mensaje del míster no caló demasiado en sus hombres. Es más, el City disfrutó de un plácido primer tiempo, sin que Shay Given tuviese que parar un solo remate. Tampoco sufrió demasiado Pepe Reina, la verdad, aunque el partido daría un vuelco considerable tras el descanso.
Sin ocasiones claras, pues, en la primera mitad, el morbo estaba centrado en lo siguiente: ¿Podría el Liverpool mantener al menos la diferencia respecto al Manchester United, aún teniendo en la cabeza el próximo partido de Champions ante el Real Madrid? Pues no, no pudo. No supo muy bien cómo hacerlo.
Apareció Robinho, que ya había dado una asistencia a Stephen Ireland que el irlandés desaprovechó en el primer tiempo, y el equipo de Mark Hughes se creció en Anfield. Daba la sensación de que en cuanto apretaran el acelerador podrían adelantarse en el marcador.
Y así lo hicieron. Fue a los 51 minutos, con una gran jugada de Robinho y el belga Kompany que Craig Bellamy remachó con algo de suerte por el desvío desafortunado de Arbeloa. Era el tercer tanto del galés desde que fichó en el invierno por los celestes. Y no lo celebró, por su paso previo por el Liverpool.
El partido estaba realmente bonito porque los Reds se dieron cuenta de que se les escapaba la Premier. Adelantaron las líneas y el City estuvo cerca de poner la puntilla. A Ireland le anularon un gol por fuera de juego y Micah Richards casi anota un tanto de libro, apoyando desde atrás 'a lo Beckenbauer'.
Pero perdonó el City, y despertó a Dirk Kuyt. El holandés, que ya fue clave en la heroica remotada en Portsmouth (2-3), anotó el empate a doce del final corrigiendo un remate fallido de Fernando Torres (1-1). El 'Niño' estuvo fallón e impreciso en toda la tarde, como si estuviese pensando sólamente en el choque ante el Madrid.
Kuyt, en cambio, sólo pensaba en el City. A los 82, Given le paró un remate a bocajarro y luego, a los 87, el ex Feyenoord remató apenas afuera desde buena posición. Benayoun tuvo otra clarísima que podría haber decantado el partido a favor del Liverpool.
Pero quizá no hubiera sido justo. Porque los partidos tienen 90 minutos, no quince. Y si juegas con convicción desde el minuto uno, lo mismo no tienes que salir a la desesperada al final, a ver qué rascas en río revuelto.
Rascó poco el Liverpool, un empate que le deja a siete puntos del Manchester United y con nubarrones inquietantes antes de visitar al Madrid. Reaparecerá Steven Gerrard, eso sí, tratando de acomodar las piezas de una maquinaria red que sólo funcionó de a ratos ante el City. Con eso no basta.
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