domingo, 21 de septiembre de 2008

Se enciende la luz roja

Una mejoría insuficiente

JUAN QUIJANO > BARAKALDO

El Racing dio una mejor imagen que en los últimos partidos, pero perdió en Barakaldo El equipo ferrolano apenas dispuso de opciones de gol para conseguir el empate











Barakaldo Club de Fútbol: 1 José Carlos; Arbilla, Cerro, Azparren, Urbano; Solaun, Eneko Rubio (Urrutia, min. 61); Koldo Garcés, Asier Eizagirre (Ibai Rejas, min. 72), Arman Imaz (Piojo, min. 61); y Bolo.

Banquillo: 0 Basauri (portero suplente), Urrutia, Rebollo, Piojo e Ibai Rejas.

Racing Club Ferrol: Sergio Álvarez; Llamas, Jonathan, San Julián, Adjamossi; Jorge Zafra (Lamatina, min. 66); Corredoira, Cami (Juan Martínez, min. 73), Manolo Pérez, Carlos (Bochu, min. 79); y Gustavo Souto.

Banquillo: Lamatina, Marcelino, Paco Fernández (portero suplente), Bochu y Juan Martínez.

Árbitro: Eduardo Prieto Iglesias (comité navarro).

Asistentes: Manuel Giménez García y José Miguel Arteaga Zabalo (comité navarro).

Tarjetas amarillas: Barakaldo Club de Fútbol: Eneko Rubio (min. 16). Racing Club Ferrol: Jorge Zafra (min. 29) y Manolo Pérez (min. 65).

Goles:

1-0 min. 56: Bolo.

Campo: Lasesarre.

Entrada: 2.000 espectadores. Al menos, el Racing dejó atrás la desoladora imagen que ofreció en Luanco -por momentos- y contra el Bilbao Ahletic -casi siempre--. Sin embargo, eso no fue suficiente para evitar que el equipo ferrolano encadenase ayer en Barakaldo su tercera derrota consecutiva para complicar aún más sus aspiraciones de luchar por el ascenso a la categoría de plata. En Lasesarre, jugó el partido que se esperaba -de manera directa-- y, al menos, le puso el empeño que se necesita en cualquier encuentro oficial, pero no fue capaz de conseguir nada positivo. Y es que el cuadro verde, aunque se empieza a parecer más a un equipo, todavía no es un grupo importante en la categoría, algo que espera ir encontrando durante las próximas semanas.

El partido siguió el guión que se esperaba. Es decir, juego directo por parte de los dos equipos, que colocaron a Bolo -el Barakaldo- y Gustavo Souto -el Racing- como referencias con el objetivo de recoger algún rechace con el que crear peligro a su rival a través de una segunda jugada. Por eso, el encuentro se jugó en una franja reducida de terreno, obviando casi por completo el mediocampo y esperando que un error rival sirviese para estrenar el marcador. Sin embargo, los primeros veinte minutos apenas registraron opciones reales para que cualquiera de los dos contendientes se pusiese por delante en el marcador, porque el acierto de ambas defensas no concedía ni un solo resquicio.


Estrategia > Fue a partir del ecuador de esta primera mitad cuando apareció el otro argumento con el que Barakaldo o Racing podían crear peligro a su rival: las acciones a balón parado. Primero fue el equipo vasco el que dispuso de unas cuantas a su favor y eso hizo que, durante cinco minutos, tuviese casi embotellado a su rival, que sufrió el poderío de un conjunto que hasta estrelló una vez una pelota sobre la portería visitante. Pero, pasado este mal momento, las tornas cambiaron, el cuadro verde reaccionó y, a través de la misma fórmula, estuvo a punto de adelantarse en el marcador por medio de un cabezazo de Manolo Pérez salvado “in extremis” por el portero local. El remate no entró, pero en realidad fue un punto de inflexión que dio paso, en los últimos diez minutos, a los mejores instantes del Racing en una primera parte que, sin embargo, finalizó con empate, el resultado que más justicia hacía a los méritos exhibidos por uno y otro sobre el terreno de juego.

Sin cambios, ni de quién ni de cómo, la segunda parte se mantuvo en los parámetros de igualdad por los que había discurrido buena parte del primer período, dando la sensación de que sólo una acción puntual podía cambiar el signo del partido. Y esa jugada llegó, sí, pero benefició a un Barakaldo que sacó partido de la capacidad aérea de su jugador de referencia, Bolo, para cabecear a la red un centro desde la banda derecha, adelantar a su equipo en el marcador y cambiar de una manera casi total el decorado del partido disputado en tierras vascas.

Porque el Racing, angustiado por las dos derrotas consecutivas con las que se presentó en Lasesarre, se vio obligado a tomar el control de la pelota. Además, con los cambios introducidos por Manolo Sánchez, el equipo ferrolano pasó del 4-1-4-1 con el que había iniciado el partido a un 4-2-3-1 con el que pretendía tener más presencia cerca de la portería rival. Pero en realidad el cuadro verde no exhibió demasiados argumentos para restablecer la igualdad en el marcador y, al contrario, el Barakaldo dispuso de más espacios para jugar a la contra y crear auténtico peligro.

Así, el tiempo fue pasando, el Racing sólo vio el empate realmente cerca en una ocasión -un tiro de Corredoira que se fue alto- y el Barakaldo -eso sí, con algún susto-- mantuvo la renta de la que gozaba, un gol que le hace mantenerse en la parte alta de la tabla clasificatoria y que hace que el equipo ferrolano, con su tercera derrota consecutiva, se vea en un serio compromiso en su misión (recién empezada, eso sí) de recuperar la categoría de plata perdida el pasado ejercicio.

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