sábado, 13 de septiembre de 2008

Victoria red sobre el United

El entusiasmo del Liverpool tumba al United (2-1)

En un continuo ejercicio de fe y confianza en sus opciones, el Liverpool ha demostrado que tiene más argumentos ofensivos de los que suele reflejar. Pese a que Tévez adelantó a los de Ferguson, el campeón fue muy contemplativo, se dejó llevar y fue superado por la agresividad local. Un fallo de la defensa propició el empate y Babel terminó dando el premio a un gran Liverpool.



El clásico de las ausencias

Los más románticos de la Premier saben que el partido más esperado y con mayor historia del campeonato es un Liverpool-Manchester United. La rivalidad generada a través de los años se ha incrementado con el paso del tiempo y, en los últimos años, los Reds tienen una espina clavada pues no vencen a los de Ferguson desde 2001. Precisamente el escocés tenía cogida la medida a Benítez, que jamás había logrado superarle en Premier.

Sin embargo, más allá de los interminables datos de un choque estelar, el titular era, por desgracia, la ausencia de hombres clave en ambos bandos. Gerrard y Torres eran baja en el Liverpool (aunque ambos estaban en el banquillo) mientras el campeón sigue sin poder contar con Cristiano Ronaldo, tenía con molestias a Giggs y recuperaba, forzando, a Carrick. En el lado opuesto estaban Berbatov y Riera, que debutaron oficialmente con su nueva camiseta en el partido que hubieran soñado.

Intensidad 100% Premier

Es reseñable por aquello de que la Premier suele tener un ritmo altísimo de juego en sus partidos, pero no se atribuye esa cualidad a los choques entre los ‘grandes’. Esas citas, que responden más al perfil calculador, frío y de mucha seriedad defensiva, no se reflejaron en Anfield, que pronto iba a olvidar todos los detalles que rodeaban al gran derby.

Y es que en apenas cinco minutos, el partido se ponía cuesta arriba para los Reds. Un disparo de Berbatov que pegó en la mano de Skrtel y que el colegiado, Howard Webb, no pitó como penalti, ya evidenció las intensiones directas del United. Apenas un instante más tarde, el búlgaro arrastró sobre su marca a dos hombres, logró romper la defensa local y puso un balón ideal a la llegada de Tévez desde segunda línea. El ‘Apache’ la pegó con seguridad y abrió el marcador.















Con claras ideas atacantes y sin bajar los brazos, ambos mostraron sus armas, aunque el Liverpool reaccionó con carácter. Dos clarísimas ocasiones de Kuyt, una tras un disparo lejano y otro a bocajarro después de un mal despeje aéreo de Van Der Sar que el propio meta holandés supo corregir después de manera inverosímil, pudieron igualar la cita. Con mayor presencia y agresividad, los de Benítez se hicieron con el dominio del balón y en una jugada llena de despropósitos con un desvío que se ‘envenenó’ en el área del campeón, Van Der Sar despejó de nuevo con dudas y la pelota tocó con mala suerte en Brown para marcharse a la red entre las contrariedades de sus caras.

La reacción del United tampoco fue mala porque, al minuto, de nuevo Tévez tuvo en sus botas el ponerse por delante tras una jugada de Evra por la izquierda. El argentino remató con sutileza pero se le fue alto. Con una intensidad envidiable, Gerrard ya calentando en la banda y Carrick (sustituido por Giggs) cojeando, se llegó al descanso.

Entusiasmo Red, templanza Devil

Siguiendo esa tónica de territorio Red, con más ambición y alegría, el Liverpool creaba a base de verticalidad, pases cortos y muchas apariciones de sus jugadores más ofensivos. Un disparo lejano de Riera, una jugada de Benayoun en pase profundo o las constantes intervenciones de Kuyt, daban mayor entusiasmo a los locales que tenían muy cerrado a un United contemplativo.

En una jugada inesperada de Mascherano por banda derecha y tras un balón dividido que fue a Kuyt, el holandés supo leer la jugada. Levantó la cabeza, se la regaló a su compañero Babel y con un bote extraño y algo de suerte, el Liverpool se adelantó. La insistencia local obtenía el premio que tanto había buscado.

La expulsión de Vidic por doble amonestación (se pierde el partido ante el Chelsea) y un disparo en el descuento de Rooney que silenció Anfield durante unos segundos, quedaron para la estadística que, por vez primera en la 'Era-Benítez', fue favorable al Liverpool.

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