JUAN QUIJANO > FERROL
Si en tiempos de guerra todo agujero es trinchera, en fases negativas lo único que importa es acabar con la mala racha. Da igual cómo. Al Racing, después de encadenar tres derrotas consecutivas, ayer no le valía otra cosa que imponerse al Valladolid B si no quería seguir en la zona de descenso -inasumible cuando está en la Segunda B- en la que había entrado y, sobre todo, si deseaba recuperar un mínimo de confianza con la que acometer la remontada que lo conduzca a los puestos cabeceros, los que permiten luchar por el ascenso. Por eso, aunque fuese de una manera rácana, aunque fuese pidiendo la hora ante uno de los conjuntos llamados a luchar por evitar el descenso, la victoria que consiguió le tiene que saber a gloria. Ahora espera que este resultado sea un punto de inflexión para comenzar la escalada.
El clima de intranquilidad en la que está instalado el Racing y la bisoñez del Valladolid B se combinaron en los primeros minutos de su enfrentamiento de ayer para deparar un duelo repleto de imprecisiones, en el que si cualquiera de los contendientes estaba cerca de marcar era más por errores de su rival que por aciertos propios. Así, con las jugadas a balón parado como único recurso más o menos válido para deshacer la igualada -el equipo ferrolano llegó a marcar de esta manera, pero de manera ilegal-, el compromiso iba derivando poco a poco en una sucesión de imprecisiones que le daban al partido ese toque de descontrol en el que tan incómodo se está encontrando el cuadro verde.
Menos mal que entonces, poco antes de llegar al ecuador del período inicial, el primer gol racinguista tranquilizó la situación. Con el tanto con el que Gustavo Souto estrenó la cuenta goleadora del equipo ferrolano ayer -y la suya particular de la temporada-, el encuentro encontró un poco más de pausa, porque el conjunto departamental empezó a estar más seguro, a jugar con mayor amplitud ofensiva, a combinar de manera más acertada en zonas de peligro... Y enfrente, aunque el Valladolid B seguía aproximándose de vez en cuando a los dominios rivales, lo hacía sin claridad como para ser realmente peligroso.
Sentencia > En esta fase del partido, al Racing sólo le faltó marcar un segundo gol para vivir más tranquilo. Y ocasiones tuvo para ello. Lo mismo que al principio de la segunda mitad, cuando llegó la mejor de todas estas opciones, un penalti por una rigurosa mano de Dani que Manolo Pérez lanzó y el meta Javi Jiménez fue capaz de desviar. Pero, como el equipo ferrolano no fue capaz de aumentar su renta, recuperó la incertidumbre que ya había exhibido en los primeros minutos y motivó que el encuentro estuviese mucho más abierto de lo que le convenía.
En vista del panorama, Manolo Sánchez intentó poner remedio a la situación dando entrada a Lamatina que, junto a un Marcelino que ya había entrado en acción al descanso, tenía que encargarse de resolver la situación aprovechando por las dos bandas los espacios que iba dejando, cada vez más, el Valladolid B. Pero esa circunstancia no sólo no se produjo, sino que poco a poco el partido se fue convirtiendo en un correcalles -es decir, en un descontrol- del que el Racing no iba a salir beneficiado, sino que podía ser perjudicado.
Por eso, los últimos minutos sólo consistieron, para el equipo ferrolano, en intentar que el tiempo fuese pasando hasta sellar una victoria más que necesaria. Mientras, el cuadro castellano-leonés, ante el renuncio de su rival, se atrevió a buscar sus opciones de empatar. Lo que pasa es que estas llegaron, casi en exclusiva, en lanzamientos lejanos que facilitaron al Racing su tarea de contención. Por eso, al final, aunque fuese perdiendo el tiempo al lado del banderín del córner, el equipo ferrolano certificó la victoria que tanto necesitaba, esa que espera que sea el comienzo de una escalada hacia los puestos de cabeza, los que permiten luchar por el retorno a la categoría de plata. Ahora, contra un rival más sólido como es la Cultural Leonesa, el cuadro verde tendrá que demostrar si lo de ayer fue flor de un día o tiene visos de convertirse en algo duradero.
RACING-1 VALLADOLID B-0
Racing Club Ferrol: Sergio Álvarez; Llamas, Jonathan, San Julián; Adjamossi; Manolo Pérez (Juan Martínez, min. 75), Cami; Corredoira (Lamatina, min. 64), Bochu, Carlos (Marcelino, min . 46); y Gustavo Souto.
Banquillo: Lamatina, Jorge Zafra, Marcelino, Paco Fernández (portero suplente) y Juan Martínez.
Real Valladolid B: Javi Jiménez; Denis, Tejedor, Prada, Dani; Kike, Alonso (Quique González, min. 58), Manasé, Pablo (Carlos, min. 73); Lázaro y Salva.
Banquillo: Quique González, Kevin (portero suplente), Aridane, Cabrera y Carlos.
Árbitro: Jaime Ruiz Álvarez (comité asturiano).
Asistentes: Víctor Pardo Mesa y Lorenzo Abruñedo Gorordo (comité asturiano).
Tarjetas amarillas: Racing Club Ferrol: Carlos (min. 17), Manolo Pérez (min. 34), Lamatina (min. 67), Cami (min. 71) y Juan Martínez (min. 84). Real Valladolid B: Dani (min. 48) y Manasé (min. 60).
Goles:
1-0 min. 21: Gustavo Souto.
Campo: A Malata.
Entrada: 1.500 espectadores.
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