domingo, 10 de febrero de 2008

El cuarto puesto se pone caro

Premier: Enésimo empate 'táctico' entre Chelsea y Liverpool (0-0)

Como ya sucediera en anteriores enfrentamientos, las defensas se impusieron con solidez a los delanteros y el trabajo físico volvió a ser protagonista. Choque trabado, mínimas ocasiones y opción perdida para ambos en sus objetivos.










Chelsea-Liverpool (0-0)

Uno de los clásicos de la era moderna en Europa, sobre todo a raíz de sus cruces en Champions, repetía duelo con tres interesantes puntos para muy distintos objetivos. Los londinenses se podían meter de lleno en la lucha por el título con una victoria, ya que se quedarían a sólo uno del United, mientras los Reds necesitaban reforzar su confianza en una cita de grandes dimensiones y no quedarse aún más lejos de la cuarta plaza en la que parece fijado su objetivo.

Sin Torres ni Terry como gran des ausentes (más allá de los Drogba o Kalou de camino desde la Copa África), los protagonistas sobre el arranque eran Crouch y Lampard, que volvían al once de sus equipos en un momento tan determinante. Tras unos minutos de estudio que siempre acompañan a un partido con tanta presión, los de Benítez se hicieron con el mando de la posesión y llevaban el ritmo según su necesidad.

Salvo una acción donde Joe Cole solicitó penalti, poco más se supo del ataque Blue, que estaba a la sombra defensiva de los visitantes. Sin embargo, Crouch se convirtió en el pilar por el que pasaba todo el peligro ofensivo del partido. Los balones largos buscando sus dos metros y varias apariciones con cabezazos o un remate cruzado que a punto pudo adelantar a los suyos, fueron lo más destacable antes del descanso.

Con la pretensión defensiva sobre la ofensiva en ambos bandos, el partido siguió en la dinámica de extrema presión e imposibilidad de creación, con lo que todo era físico y lleno de errores forzados. Sin Lampard, que pasó inadvertido y con una nula aparición de Gerrard, la obsesión de aportar trabajo incansable a la línea de mediocentros, seguía siendo eterna y nadie podía alterarlo.

Sólo hace falta citar que no se concretó una sola acción de peligro claro en las áreas hasta los diez últimos minutos y que ni siquiera a balón parado se encontraban las debilidades del rival. En la recta final, con el corazón por fuera y una intensidad enorme, Ballack tuvo la más clara con una volea que se marchó junto al poste de Reina.

Nulo reparto de puntos para ambos puesto que ni unos se enganchan con todo al título ni otros asaltan su ansiada cuarta plaza.

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