Gerrard y Cesc, autores de los goles. Xabi Alonso y Torres, que volvieron, cayeron de nuevo lesionados. El Liverpool impuso su físico y el Arsenal su mejor juego para un empate justo en un espectáculo de partido. Esto sí es Premier.
Resultaba atractivo para cualquier buen paladar futbolístico y, desde luego, era importante para el futuro inmediato de la Premier. El líder, un Arsenal que aún no conoce la derrota y que enamora con su idea de fútbol, ante un necesitado Liverpool, que vive horas bajas en Europa y que, de perder, quedaría rezagado de los puestos altos. El regreso de los españoles Xabi Alonso y Torres era la noticia destacaba en un choque donde los dos metas hablan castellano, Almunia y Reina.
Como se esperaba, porque en Anfield es lógica, el arranque local fue un cúmulo de tensiones. Con mucha potencia y corazón, algo que derrochan los Reds, el partido se condicionó en el apartado físico pese a que se veía que el Arsenal era quien tenía los galones. Cuando más sensación de haber pasado el arreón inicial se veía en los de Wenger, llegó una falta al borde del área en la que la barrera dejó un precioso hueco para la durísima pegada de Gerrard. Gol y comienzo de otro partido.
La posesión pasó casi por completo a los londinenses con llegadas claras para Adebayor, Eboue y hasta una arrancada de Touré, pero ninguna suficiente para batir a un gran Reina. Benítez, que buscaba mucha presión arriba con Torres, Kuyt y Voronin, engañaba a su sistema pues Cesc, Rosicky y Hleb dominaban el mediocampo por ausencia de efectivos rivales. Sin embargo, el empeño local paliaba ese déficit con mayúsculas, en el caso de Carragher, excesivo ya que debió ser expulsado por una agresión a Eboue que no vio al colegiado.
Mereciendo mejor destino, los gunners repitieron el guión en la segunda mitad. Aguantaron el imponente trabajo que desempeñan los Gerrard o Mascherano y, con los minutos, volvieron a avisar esta vez, además, con un poste de Adebayor y un fallo a puerta vacía de Cesc. Los Reds supieron controlarlo y hasta contrarrestarlo con varias ocasiones, aprovechando los riesgos de un Arsenal que encontraría premio cuando menos lo esperaba en un pase ideal al hueco que encontró un sutil toque de Cesc.
En los últimos instantes, el propio Fábregas lanzó al poste y Bendtner falló a puerta vacía el rechace que hubiera hundido a The Kop. Benítez no levanta cabeza, se le vuelven a lesionar Xabi Alonso y Torres y ve como los gunners mantienen el liderato. Pese a todo, la fiesta en als islas está asegurada con partidos así. Que siga...
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