El Sporting de Gijón desaprovechó varias claras ocasiones de gol y vio cómo el Racing de Ferrol cortaba su racha de cuatro victorias consecutivas en un partido muy físico y de mucha emoción hasta el final.
El partido se presentaba con unos precedentes más que interesantes, ya que en los últimos enfrentamientos entre estos dos equipos en El Molinón se vieron muchos tantos, aunque en esta ocasión las numerosas jugadas de gol que fabricaron no fructificaron en el marcador, que se mantuvo con el 0-0.
El entrenador del Racing, Juan Veiga, creó una tela de araña en el centro del campo que dificultó notablemente la creación del juego rojiblanco. Y fruto de un robo de balón, en el minuto 3, Cohen trató de sorprender con una medio vaselina a Roberto, pero el esférico salió alto.
Los ferrolanos comenzaron ejerciendo mucha presión hasta el punto de que el Sporting tardó aproximadamente diez minutos en acercarse a la portería defendida por Piña. Y cuando llegaron las ocasiones locales, Queco Piña le ganó la partida dos veces con su salida al pichichi de Segunda, Barral. Jaime, en lo que era un toma y daca, obligó a Roberto a mandar a córner.
En los segundos 45 minutos se produjeron menos ocasiones pero más claras, aunque el desgaste físico se dejó notar, debido al elevado ritmo de juego, a partir de la hora de partido. Jonathan Pereiro intentó su gol y Quique Mateo disparó al poste.
Los últimos diez minutos fueron más de emoción, por el agotamiento físico, que de buen juego. La victoria pudo decantarse por los dos bandos, y aunque el Racing vio cortada su racha de triunfos a domicilio, fue un equipo con hechuras que llegó a Gijón para jugar al fútbol.
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