El Racing sigue igual, sin ganar y sin poner fin a su caída libre
Los ferrolanos encajaron su sexta derrota seguida y suman catorce partidos sin vencer
La situación del Racing es caótica. Ayer sumó su sexta derrota consecutiva ante el Córdoba y acumula la friolera de catorce partidos sin celebrar una victoria. Su caída libre parece no tener fin. Los ferrolanos dieron un paso más hacia el precipicio y estrenaron el penúltimo puesto en la tabla con sus añejos 17 puntos. La afición volvió a pedir, una vez más y ya van unas cuantas, la dimisión del técnico Juan Veiga.
El once inédito del Racing que incorporó a un restablecido Iván Romero, a Ceballos y Álvaro Antón como extremos, ofreció su mejor versión en la primera parte. Chema Mato fue el primero en disparar entre los tres palos en el minuto 14, pero Valle detuvo el esférico, mientras que Álvaro lanzó una falta que despejó a córner el portero con muchos apuros. El Racing tuvo mayor control y posesión ante un Córdoba avispado que se limitó a nadar y guardar la ropa.
Efectividad visitante
Arteaga inició un contragolpe en el minuto 25 y Queco abortó el remate de Pineda. Sin embargo, Asen noqueó al portero racinguista en el minuto 32 después de librarse de varios defensas con un disparo cruzado. Fue todo el bagaje ofensivo del Córdoba en la primera parte, brillante por su efectividad después de ocho partidos sin ganar.
El gol visitante no hundió al Racing, que siguió creando peligro. De hecho, a los cinco minutos llegó una de las ocasiones más claras: Jonathan Pereira se internó en el área, su centro lo dejó pasar Cacique Medina y el balón acabó en las botas de Ceballos que disparó a bocajarro, pero Valle estuvo perfecto para desgracia de los ferrolanos.
Una falta en la frontal del área al filo del descanso, perfecta para Charpenet, tampoco sirvió para nivelar el marcador. El disparo del francés salió rozando la escuadra.
En la segunda parte, el Córdoba de Paco Jémez esperó su oportunidad y extremó sus precauciones, mientras que Juan Veiga optó por arriesgar jugando con tres defensas para lanzarse en busca del empate. El tiro por la culata. El Racing terminó desquiciado y su juego se volvió más embarullado. Es cierto que acechó la portería rival, pero creando el peligro de un cordero.
Claro que Lamatina reclamó un penalti y en el descuento un disparo de Jonathan Martín lamió el poste. Salta a la vista la crisis, la presión, el nerviosismo, la falta de acierto y fortuna. Sí, pero... las excusas no sirven. O el Racing reacciona o se condenará a sí mismo antes de tiempo.
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